Cuando uno se pone a pensar en aquellas investiduras que irradian respeto y sinceridad, inunda un sentimiento
de seguridad y tranquilidad, pués estoy en manos que me cuidarán...
Un cura, un médico, un policía, un maestro...Cada uno tiene características inevitables...
La sotana del cura, el estetoscopio del médico, la gorra del policía, los anteojos del maestro...
Pero nunca se nos ocurre pensar que dentro de esos uniformes y con dichos atributos, son seres humanos comunes,
con los miedos, limitaciones, obseciones, mentiras, inclinaciones sexuales de cualquier hombre...
Nos sorprende cuando nos enteramos que un sacerdote le tocó la cola a un niño...
Cuando nos enteramos que un médico realizó un aborto...
Nos indigna que un policía reciba dinero a cambio de favores...
O si un maestro se escapa con una alumna y se van a vivir juntos...
La equivocación es nuestra, por pensar que la institución hace al hombre...
No...Nada más equivocado...
Y lo mismo pienso de los laboratorios que investigan las enfermedades y los posibles tratamientos...
Las medicinas se venden por dinero y los dueños de los laboratorios son multimillonarios...
Y encontramos que aquellos medicamentos dirigidos a la lucha contra el cáncer, son los más caros, a pesar de
que el cáncer no elige una cierta posición social para atacar...
Dichos laboratorios, realmente, están buscando una cura contra el cáncer?
Encontrar dicha cura significaría el fin de la investigación y la masa de dinero que esto mueve...
Acaso ya no se encontró la cura y se esconde porque así todo continúa?
Realmente, lo que nos diferencia de todos los animales es la duda...La duda es el motor que nos mantiene en
movimiento...Sin ella, solo nos movería el instinto y por lo tanto, seríamos solo animales...